El amor es un mercado, no me jodas. Un mercado con las paredes de los pasillos llenitas de carteles, como si fuera la antesala de un estudio de Tele5. Carteles con las fotos de los miles de candidatos que quieren poner un puesto y trapichear con el género. Licencias gratis, el rastro más grande del mundo. Vendedores selectos. Compradores con lenguas pulsativas.
De todo puedes encontrar en esta lonja: sonrisas, alegatos, rencor atocinado, mochilas que revientan de calcetines sucios, pollas depiladas, manipuladores, arcadas, soberbias dentelladas, complejos en salsa, lastres de globos aerostáticos... Y mariposas que saturan el aire. Vas caminando en busca de una oferta y se te llena la boca de mariposas, masticas mariposas hasta que se te forma una bola pastosa en la boca y cuando escupes resulta que lo que estabas comiendo era tu pulmón derecho. Un trozo de tu rosado pulmón derecho.
Mariposas, polillas, luciérnagas, candelillas, mariposas, mariposas que van llevando mensajitos dulces y utilizan nuestro estómago como si fuera un piano.
Golfas. Por qué no ponéis una mercería, eh, golfas, en vez de jugar a los médicos con nuestras tripas. No, no, perdón, bailad, bailad por mi ombligo. Llenadme todo de cagarrutas de colores, aletead alrededor de mi tenducho, que vengan clientes a echar un vistazo a mi catálogo: "me encanta el deporte", "me gusta todo tipo de música", "me considero una persona leal y sincera", "tengo mi lado romántico y tierno", "cinéfilo", "busco ilusionarme de nuevo, te estoy buscando", "amante de la naturaleza", "buen cocinero y amigo", "quiero compartir la vida con alguien", "extrovertido, con sentido del humor", " me gusta el motociclismo y los deportes de motor en general", "soy buen conversador y en muchas ocasiones divertido", "la música que más me gusta es la instrumental y chill out", "respetuoso y educado", "me encanta viajar, hacer deporte, salir de tapas, una buena cena entre amigos, cenar con mi pareja"...
De cada puesto se envían diariamente miles de millones de babas que adoptan diversas formas según su procedencia. Si quieres que te caigan en la cara no tienes nada más que adoptar una postura consecuente. Abre la boca, venga, que te caigan bien dentro, que te invite a tomar un café ese señor de babas tan preciosas. Déjate, mujer, no tengas miedo. Abrimos hasta tarde, el 7-eleven de nuestro pecho.
Pídete un licencia, es gratis. Rellena una hoja con tus datos, tus medidas, tus prejuicios, tus gustos y aficiones, defínete a ti mismo en la línea de puntos, asegúrate la venta.
Entrégamela aquí. En el mostrador este en que habéis convertido mi coño.
Soy amigo de los amantes que dejan la madrugada para el final, buen conversador en los minutos de silencio, la música que más me gusta no tiene quien la toque y, por último, soy mejor persona. O tal vez ni eso.
ResponderEliminarMercado de valores, jeje. La ironía de nuestro tiempo.
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